El 10 de marzo de 1985, las butacas del antiguo cine Pax de Zaragoza se convirtieron en testigos de un momento que marcaría la historia del rock español. Aquel día, en una matinal inspirada en las legendarias sesiones del Circo Price madrileño, un joven grupo llamado Héroes del Silencio subía por primera vez a un escenario. Lo que nadie imaginaba es que, además del debut de una banda destinada a la grandeza, aquella mañana daría luz al nacimiento de un nombre que resonaría para siempre: Bunbury.
Las matinales del Pax fueron idea de Emilio Velilla, DJ y presentador del programa El Observatorio, junto con Antonio Tenas, músico de Vocoder y policía local. Ellos organizaron el evento, convocando a Héroes del Silencio para compartir cartel con los madrileños Alphaville (sin relación con la banda alemana homónima) y los zaragozanos Bodas de Rubias, donde militaba Nacho Serrano, futuro miembro de Niños del Brasil.
Enrique Ortiz de Landázuri, quien por entonces aún no había adoptado su alias artístico, lideraba la banda junto a los hermanos Juan y Pedro Valdivia, guitarrista y baterista respectivamente. Enrique venía de un proyecto llamado Proceso Entrópico, mientras que los Valdivia provenían de Zumo de Vidrio. De la fusión de esas experiencias surgió Héroes del Silencio, un trío dispuesto a dejar huella.
El repertorio del concierto incluyó ocho canciones, algunas de las cuales acabarían formando parte de su primer EP, como Héroe de Leyenda y Olvidado. Pero la verdadera chispa que encendió la leyenda surgió durante la interpretación de La Visión. Justo antes de comenzar la canción, Enrique se acercó al micrófono y, con la emoción palpable en la voz, hizo una dedicatoria que cambiaría su destino:
—Esta va para Eva Bunbury.
Eva era su pareja por aquel entonces, hija de un estadounidense cuyo apellido, sin saberlo, quedaría para siempre grabado en la historia de la música en español. A Enrique le fascinaba el sonido de la palabra, la cadencia extranjera que aportaba un aura de misterio y elegancia. Y así, en un gesto casi espontáneo, nació Bunbury, el nombre con el que conquistaría escenarios de todo el mundo.
Poco después, la banda experimentaría cambios: Pedro Valdivia dejó la batería para centrarse en su carrera de medicina, mientras Enrique y Juan siguieron adelante, incorporando a Joaquín Cardiel y a Pedro Andreu para completar la formación definitiva. El camino de Héroes del Silencio estaba trazado, y aquel pequeño grupo zaragozano estaba a punto de convertirse en un fenómeno global.
Décadas más tarde, en 2007, la banda se reunió para una gira que agotó entradas en tiempo récord, confirmando que su legado seguía intacto. Pero todo comenzó aquella mañana de 1985, en un cine de Zaragoza, cuando un joven soñador le dedicó una canción a Eva Bunbury sin saber que, en realidad, estaba bautizando a una de las figuras más icónicas del rock en español.
Suscríbete a nuestra lista de correos y mantente informado de todas las novedades del rock español.