La historia de Manu Chao boicoteándose a sí mismo

Manu Chao posiblemente sea uno de los pocos artistas que, estando en lo más alto de la música y con gran popularidad, haya decidido dejarlo todo, escapar de la fama, alejarse de los grandes focos e intentar volver a vivir en el anonimato. Ahora prefiere actuar en pequeños bares, regalar sus canciones y apoyar causas minoritarias.

La anécdota que lo trae hasta este libro sucedió cuando el artista estaba en lo más alto de su carrera, poco después de dar por terminado Mano Negra y poco antes de publicar Clandestino, su primer disco en solitario. Era verano de 1998, y Manu Chao había emprendido un nuevo proyecto llamado “La feria de las mentiras”, un festival casi de estilo circense, en el que reunía a malabaristas, DJ’s, conciertos, teatro…

Fotografía: Lionel Urman

Era un proyecto muy ambicioso, que llevó muchos meses de preparación y un estudio financiero exhaustivo para evitar que fuera deficitario. El lugar elegido por Manu Chao fue el Mercado de Ganados de Salgueiriños, en Santiago de Compostela. El recinto había sido vallado y se había contratado a una empresa de seguridad para el control de los accesos. Pero estábamos en España, y somos los números uno en la picaresca, y unos cuantos encontraron un lugar poco vigilado por el que poder colarse. Unos minutos antes de empezar el festival, Manu Chao se encontraba allí y, al ver a aquellas personas colarse, en lugar de llamar a la seguridad que había contratado, les ayudó a colarse. El jefe ayudando a la gente a colarse gratis a su espectáculo.

Los asistentes furtivos no reconocieron al artista, que iba con la cabeza encapuchada.

Banner

Comparte esto:

Suscríbete a nuestra lista de correos y mantente informado de todas las novedades del rock español.

×