Forraje: «Creo que Saudade se merece mucho más recorrido del que ha tenido, que no puede quedarse ahí»
Años después de anunciar su parón indefinido, Lülu ha decidido revivir Forraje. Hablamos con él sobre los motivos de la vuelta, los músicos que le acompañarán, y sus próximos pasos…
Dos años después de anunciar tu parón indefinido en la música, el año pasado anunciaste que volvías con Forraje ¿Que encendió la mecha?
Supongo que me di cuenta de que aunque mi vida estaba llena en un montón de sentidos, me faltaba algo. No era plenamente feliz, me faltaba algo, y mira que he estado liado, eh. Cuando estaba currando de técnico de sonido en algún concierto lo pasaba mal; me daba mucha envidia; pensaba: “yo no tengo que estar aquí abajo, tengo que estar ahí arriba” (risas). Por eso cuando curro en sonido directo intento que no sea haciendo conciertos. Prefiero hacerlo en otro tipo de eventos. Luego sí que me gusta producir a bandas en mi estudio o grabarles videoclips, pero porque ahí aporto mi creatividad. Lo necesito. Necesito hacer canciones y salir a tocarlas, aunque sea a otro ritmo, aunque no salga a la carretera todos los fines de semana. De hecho una de las normas que nos hemos puesto en la banda es que vamos a hacer las cosas sin prisa y desde la calma. Todos tenemos otros curros con los que nos ganamos muy bien la vida. Y todos relacionados con el sonido y la música. Lo de dejarnos el alma haciendo salas cada semana yo ya lo he hecho durante más de 20 años. Les toca a otros.
¿Quiénes son los músicos que te acompañarán en esta nueva etapa?
A las guitarras Rodri Arias y Nando Vasco y a la batera Iñigo Alzueta. Rodri ya se encargó de las guitarras en “Saudade”, el tema de 16 minutos con el que finalizó mi carrera en solitario. Además de un fiera a la guitarra es un buen amigo. Un 10 de tío. Nos conocimos en la gira de despedida de Forraje en 2015 porque tocaba con Nadye abriendo el concierto de Madrid. Luego unos años más tarde el destino volvió a juntarnos en un concierto en Fuenlabrada y hasta ahora. A Nando Vasco aunque es músico en varios proyectos lo conocí currando en sonido hace 3 o 4 años. Hemos coincidido mucho. Me pareció muy buen tío cuando nos conocimos y yo buscaba para la banda a gente maja con la que me apeteciese montarme en una furgo 6 horas o irme de copas después de un bolo, además de buenos músicos. Y a Íñigo lo conocí también en la gira de despedida. Tocaba con Alfre Camarote, que abría el concierto de Murcia. Fue el batería en casi toda mi etapa en solitario, así que nos conocemos bastante bien. Es un tío con el que te ríes mucho y eso es importante. Además, un Titán, uno de esos bateras que si lo tienes detrás estás tranquilo, sabes que no tienes que preocuparte.
¿Hablaste con los músicos con los que cerrasteis la primera etapa para revivir el grupo con ellos?
Sí, de hecho el bajista en un principio iba a ser Fernando, el bajista de Forraje desde 2010 hasta la gira de despedida, que está aquí en Madrid y seguimos siendo muy amigos, pero luego se lo pensó mejor. Dice que ya no se ve en un escenario. Randy, otro de los que cerró la gira de despedida está a otro rollo, experimentando con otros estilos, dice. Los otros dos que cerraron la gira, Arcay y Guillín, solo estuvieron en esa gira, fueron más bien músicos a sueldo para sustituir a Jerry y Kuervo cuando se bajaron. Cada uno ha elegido un camino en la vida y no puedes obligar a nadie a sentir lo mismo que tú.
En esta nueva etapa dejas la guitarra y te vas a hacer cargo del bajo ¿Ha sido por voluntad propia o por necesidad?
Bueno, cuando Fernando me dijo que no veía claro lo de ser el bajista, la siguiente opción fue Joseba, el ex Sugarless. Como ya te he dicho, buscaba gente que además de buenos músicos fuese peña maja y Joseba era un amor. Igual que Fernando, me dijo que sí y a la semana se echó atrás, antes ni de empezar a trabajar. Por desgracia, falleció unos meses después. En Forraje en los últimos años éramos tres guitarristas, y pensé que con los dos cracks que iba a tener a cada lado, mi guitarra no iba a echarse mucho de menos, así que decidí pasarme al bajo y que fuésemos cuatro en vez de cinco. Para mí es un reto tener que aprenderme el repertorio al bajo, así incluso los temas viejos van a tener su aliciente.
En estos años has estado estudiando, has trabajado como técnico de sonido, haciendo videoclips y has tenido tu segundo hijo. No te ha dado tiempo a aburrirte…
Sí, supongo que era una especie de metadona para lo de dejar la música: tener la cabeza ocupada en otras cosas, pero no ha funcionado (risas)
En este tiempo también has montado un estudio de grabación donde habéis grabado los nuevos temas de Forraje.
Sí, ASM Estudio. Es un estudio pequeñito pero con material de primera. Ahí grabo a otras bandas y solistas además de lo nuevo de Forraje. También es donde edito los videoclips que dirijo, guionizo y grabo. De ahí salen parte de los ingresos que me dan de comer. El resto salen del sonido en directo y de la docencia.
¿Cuando volviste a componer nuevas canciones?
Pues es que nunca dejo de hacerlo. Cuando voy conduciendo, cuando paseo a mi perra por el campo… en cualquier momento van viniendo a mi cabeza melodías o frases y luego yo decido si hago algo con ellas o si las dejo escapar. En cuanto decidí volver a la música empecé a no dejarlas escapar. Pero con calma, que fluya. Sin agobios.
Para las mezclas y masterización has contado con Pablo Senator (guitarrista y cantante de Desakato).
Sí. En un principio de la mezcla iba a ocuparme yo mismo, pero es que yo mi música la escucho distinta a la de los demás y nunca estaba contento del todo con la mezcla. Por ejemplo, la caja de la batería: a Íñigo le flipó la batera desde la primera mezcla que hice, pero a mí no me convencía al 100%. “Que no toques nada, que está perfecta!” me decía (risas). Para mí no lo estaba. Supongo que soy muy perfeccionista. Al final para no volverme loco decidimos delegar en alguien ajeno a la banda y Pablo nos encajaba en todos los aspectos. Estábamos entre Pablo y Álvaro Rodríguez de Robe, que los dos son productores colaboradores de mi estudio, doy la opción de grabar conmigo y que mezclen alguno de ellos si alguien quiere. Como ya tenemos algo apalabrado con Álvaro para más adelante, probamos con Pablo y la verdad es que nos convenció casi a la primera. A penas le pedimos un par de cambios cuando mandó su primera mezcla. Fue un acierto.
¿Vais a grabar tres canciones, una de ella será una nueva versión de “Saudade”, merece más recorrido, ¿verdad?
Bueno, tres para arrancar. La idea es ir sacando singles regularmente. Sí, ya he desvelado en alguna entrevista que vamos a regrabar algunos instrumentos de Saudade, el tema que cerró mi etapa en solitario y volver a mezclarla. Creo que Saudade se merece mucho más recorrido del que ha tenido, que no puede quedarse ahí. Para mí es lo mejor que he hecho en mi carrera, pero no fue grabada con los mejores medios, nació en el confinamiento. Y ahora que los tengo, regrabaremos algunas cosas y la volverá a mezclar Álvaro Rodríguez, que ya lo hizo en la primera versión.
En la época de la inmediatez, parece que el formato disco es una rara avis, vosotros también iréis publicando vuestra música single a single. ¿Esto es coyuntural o creéis que el modelo disco está acabado?
Pues me gustaría decirte que no está acabado, pero la verdad es que creo que cada vez tiene menos sentido sacar discos físicos. La gente ya no tiene reproductores ni en el coche. Románticamente, te diría que sí, que hay que seguir sacando CDs, con su libreto, con las letras, con los créditos. Honestamente creo que es ya estirar el chicle, que son muy pocos los que se los siguen comprando. No sé, tal vez cuando tengamos 8 o 10 singles los metamos todos en un CD, o en un vinilo, pero no es algo que me quite el sueño
¿Tenéis cerrada ya alguna fecha para vuestra vuelta a los escenarios?
Sí, hay ya algunas fechas confirmadas para este verano y alguna más por confirmar que publicaremos próximamente.
Han pasado 8 años desde que Forraje paró su actividad y en Spotify tenéis casi 60.000 oyentes mensuales. ¿Parece que vuestro público no os ha olvidado?
Eso parece. Ahora hay que intentar que se enteren de que hemos vuelto. La verdad es que nos están llegando muy buenas sensaciones.
¿Qué acogida está teniendo vuestro nuevo tema “Queriéndome a solas”?
Pues por lo que vemos en redes, está gustando mucho. En Youtube hay un montón de comentarios que dejan claro que ha gustado y que la gente tenía ganas de Forraje. Creo que aun no ha llegado a todo el público que debería, pero a los que ha llegado les ha gustado.
Además de la grabación te has encargado del guion, dirección y montaje del vídeoclip de este primer lanzamiento, ¿De donde sacas el tiempo?
De vivir (risas). La verdad es que llevo unos meses que no he parado entre que he estado impartiendo un Certificado de profesionalidad de Montaje y postproducción de audiovisuales por las tardes de lunes a viernes, produciendo a una banda en mi estudio los fines de semana y haciendo algún videoclip. A eso súmale lo de conciliar, que tengo en casa un adolescente y un bebé de 10 meses. Tenía para Forraje las mañanas de los miércoles y los jueves y cero horas para ocio. He estado un poco agobiado, la verdad, pero era necesario. Ahora ya voy un poco más relajado.
¿El resto de temas también van a venir acompañados de su correspondiente videoclip?
Algo habrá, como mínimo un videolyric, pero no creo que pueda hacerlo siempre yo porque me va a dar algo (risas). De entrada ya hemos decidido que para las mezclas vamos a delegar porque es demasiada carga de trabajo para mí y la idea es disfrutar del proceso.
¿Cuándo podremos escuchar una nueva canción?
Pronto. La idea es que salgan como mínimo tres antes de julio y a partir de septiembre seguir sacando una cada dos o tres meses siempre que se pueda.
¿Qué nos vamos a encontrar en los próximos lanzamientos?
Lo siguiente va a ser un tema rápido de tres minutos, una versión de un tema pop de los 90 que hace tiempo que me apetece versionar. Al final uno no solo ha mamado rock, a lo largo de tu vida de influyen muchas canciones de muchos estilos.
¿Qué expectativas tienes de esta vuelta?
Sobre todo disfrutarla. Ir haciendo las cosas con cariño y con calma y que vaya fluyendo. Ya veremos a dónde nos lleva. De momento, disfrutemos del camino.